Hasta hace seis meses, para mí el cáncer era algo lejano que siempre le pasaba a otros -un conocido, la hermana de una amiga, la amiga de un amigo-.
Impensable, imposible, improbable.
Hasta que un día te ocurre a ti y te das de frente con la descorazonadora realidad de que cada 15 segundos una mujer en el mundo es diagnosticada con cáncer de mama.
Y ahora tú eres la cifra y empiezas a preguntarte por qué. ¿Son mis genes?¿es lo que como?¿es el aire que respiro o tal vez el karma? Muchas terminaremos nuestro tratamiento sin saber la respuesta. Por eso es tan importante la investigación, porque necesitamos entender y aprender cómo podemos protegernos, proteger a nuestras hermanas, a nuestras madres, a nuestras hijas o quizás incluso a un esposo, porque no nos olvidemos de que el cáncer de mama también afecta a los hombres aunque en menor proporción.
Una vez asumido que eres parte de la estadística, te das cuenta de que tu vida se ha convertido en una carrera de obstáculos. Una carrera en la que la meta es sobrevivir y que no puedes ganar tú sola. Necesitas ayuda. Ayuda de un Estado de Bienestar que cubra los gastos de un tratamiento costoso y que te permita no trabajar por largos meses. El apoyo de tu familia, de tus amigos y de la gente que te quiere. La comprensión de tu jefe. El conocimiento y el cuidado de médicos, enfermeras y el resto de personal sanitario. Necesitas equipo y medicinas modernos para tratar una enfermedad de la que se sabe poco a pesar de todo lo que hemos aprendido.
Los pacientes de cáncer también necesitamos que los gobernantes y profesionales médicos no se olviden de que estamos pasando por una enfermedad y por un tratamiento que nos afecta en todos los aspectos de nuestra vida, nuestra biología al completo, pero también nuestra salud mental, nuestra alimentación y nuestra relación con todo lo que nos rodea. Hasta que no se entienda esta realidad, la sociedad civil y organizaciones como la Asociación Española Contra El Cáncer serán el único apoyo y la única vía de muchas pacientes para acceder a servicios tan fundamentales como la atención psicológica o el acceso a una peluca.
Esta maratón a algunas también nos enfrentará con decisiones difíciles que en otras circunstancias hubiéramos meditado con más calma, por ejemplo, si queremos o no ser madres. Las pacientes jóvenes con cáncer de mama que tienen que someterse a un tratamiento clínico ven comprometida su fertilidad a menos que sus óvulos sean preservados. No podemos tomar una decisión de este calado sin la suficiente información y apoyo psicosocial.
Tener cáncer no es fácil y este 2020 se ha hecho incluso más difícil. Las pacientes que están pasando por una quimioterapia u otros tratamientos, viven con ansiedad el salir a la calle por el temor a que sus debilitados sistemas inmunitarios no resistan un virus como el COVID. Pero quizás la peor parte se la llevan todas aquellas mujeres que no han podido ser diagnosticadas a tiempo porque estaban confinadas, o porque la sanidad pública no tenía los recursos necesarios para atender a una pandemia y a enfermedades como la nuestra al mismo tiempo, así como aquellas que han visto interrumpido o retrasado su tratamiento. Sólo en el área metropolitana norte de Barcelona se han dejado de hacer 28.000 mamografías durante el confinamiento.
Más de 33.000 mujeres empezaron en 2019 su carrera contra el cáncer de mama. Aún no sabemos cuántas lo hemos hecho en 2020 y de ellas, cuántas se retrasarán en alcanzar la meta por el COVID. Lo que sí sabemos, es que será una cifra mayor que todos los años anteriores, porque el número de nuevos casos ha seguido una tendencia creciente durante la última década.
Necesitamos ayuda, ayuda para que más mujeres lleguemos a la meta y nos curemos, pero también ayuda para que cada vez menos mujeres empecemos esta carrera. Más mamografías, más investigación, pruebas genéticas más accesibles y mucha pero que mucha pedagogía e información sobre el cáncer de mama para que en un futuro cercano, no tengamos que celebrar este día nunca más.
Por último, a todas las mujeres y familias que han empezado ya esta gesta o están en la línea de salida, me gustaría deciros que no estáis solas y que esta carrera es hoy menos dura y más alcanzable que nunca. Os enviamos toda nuestra fuerza y todo nuestro cariño. Estaremos con vosotros durante todo el recorrido y celebraremos juntos en la línea de meta que sin un atisbo de duda, alcanzareis.