No dejo de pensar que tal vez en el futuro, alguien que también esté pasando por un cáncer de mama lea este Diario de una Teta. Y esa persona pueda sacar algo de estas páginas por pequeño que sea. Quizás obtener un consejo sobre cómo lidiar con un efecto secundario, entender su propio proceso emocional o físico o, simplemente, encontrar consuelo en saber que no es la única.
A mí me hubiera gustado tener a alguien a quien preguntarle todas las cuestiones que me han estado dando vueltas en la cabeza durante estos frenéticos 43 días. Sin vergüenza, desde lo simple hasta lo complejo. Me siento agradecida con todos los profesionales que me han atendido hasta ahora. Han sido amables y respetuosos, pero yo he sentido siempre que hay un millón de cosas que no me llegan a contar. Probablemente no sea un problema de los sanitarios como profesionales específicos, sino del sistema, de la forma en la que se ha diseñado la atención a pacientes con cáncer. Por algunas historias que he escuchado, en mi caso he tenido mucha más información de la que suelen dar.
Conversando con Samirah, hemos llegado a la conclusión de que no se trata a personas con cáncer, se trata al cáncer. Y yo no soy una enfermedad. Soy una persona con un poquito de cáncer en una teta y en el interior de mis axilas. El resto de mi cuerpo está sano. Además, no sólo soy una persona con un poquito de cáncer, también soy una persona que necesita comer adecuadamente para estar fuerte para un tratamiento que es tóxico, una persona y miembro de una familia que necesita herramientas para encontrar serenidad y paz en uno de los momentos más difíciles de su vida, una persona que necesita saber cómo va a afectar esto a su vida íntima, una persona que quizás tenga caries antes de empezar el tratamiento, una persona que a lo mejor tiene muchas inseguridades y teme a verse abominable sin pelo. No sé si me estáis siguiendo, lo que quiero decir es simplemente, que no se puede tratar sólo al cáncer y olvidarse de que el humano que porta el cáncer es un ser complejo con muchas necesidades y que casi todas ellas se van a ver afectadas, ya no sólo por el cáncer, sino por el propio tratamiento.
Vuelvo a esa persona que quizás en el futuro me lea antes de pasar por el tratamiento o que esté buscando herramientas para sobrellevarlo. Para ti escribo este capítulo, para contarte las cosas que a mi me habría gustado saber antes de empezar este viaje. Lo empiezo hoy, pero seguramente lo alimentaré a lo largo de mi periplo, porque aprenderé cosas nuevas, que nadie me dijo y que a ti te pueden servir. Aquí voy. Me habría gustado saber que…
Hay que preparar la boca antes de la quimioterapia
Durante la quimioterapia no vas a poder recibir un tratamiento odontológico porque vas a ser muy susceptible a infecciones o sangrados. Además, la mucosa bucal se va a ver muy afectada durante el tratamiento. Te pueden dar hongos, aftas y otras complicaciones. Por eso, lo mejor es que vayas al odontólogo antes de iniciar la quimio y que mantengas la boca lo más limpia posible durante el tratamiento. En esta web, he encontrado información interesante al respecto.
Hay opciones para evitar la caída del pelo
Nadie me contó que era posible evitar la caída del cabello con la quimio. Me di cuenta porque en Holanda se utilizan estos tratamientos y porque mi peluquera me pasó el contacto de una empresa que ofrece estos tratamientos. Se trata de enfriar el cuero cabelludo para que los vasos sanguíneos se contraigan y la quimio no llegue hasta allí. En esta página se explica cómo funciona. Es un tratamiento costoso y de acuerdo con el Servicio de Oncología Médica del Hospital de Cruces de Baracaldo, se puede disminuir la alopecia “… utilizando la hipotermia, sin embargo con este método se observa aumento de la incidencia de metástasis en cuero cabelludo.” Al menos, creo que vale la pena informarse bien si la pérdida del pelo es algo que nos preocupa.
Existe un Nadir al que tienes que prestar atención
Durante los ciclos de quimioterapia, hay un momento en el que el recuento en sangre de leucocitos, hematíes y plaquetas llega a un punto muy bajo. Esto ocurre normalmente entre el séptimo y el catorceavo día del ciclo, pero depende del medicamento. A efectos prácticos para ti, estar en tu Nadir significa que vas a ser muy sensible a enfermedades, infecciones y hemorragias porque tu sistema inmunitario va a estar especialmente debilitado. Por esa fechas tendrás que prestar atención a tu temperatura y quizás evitar ver a mucha gente, sobre todo ahora con el tema del Covid-19.
Debes decidir si quieres o no ser madre antes de empezar la quimio
Si no has tenido hijos aún pero te gustaría tenerlos en el futuro, tus óvulos deben ser extraídos y preservados para que la quimioterapia u otros tratamientos no los dañen. Infórmate sobre tus opciones y pregunta sin miedo en el hospital en el que te vean.La quimio daña tus venas, pero tienes opciones para evitarlo(Añadido el 16 de noviembre del 2020): Los medicamentos de la quimio que te ponen vía intravenosa causan mucho daño a tus venas. Se ponen muy duras, tanto que llega a doler al doblar o extender los brazos. Esta inflamación de las venas a causa de la quimioterapia se llama Flebitis. Además de la Flebitis, el que te pongan la quimio en los brazos o en las manos también presenta el riesgo de la Extravasación, que es cuando la quimio se sale un poco de la vena y daña o hiere los tejidos cercanos. La quimioterapia no necesariamente te la tienen que poner en las venas de las manos o brazos. Existe la posibilidad de usar un reservorio. Un reservorio es un cacharrito que te ponen en el pecho o en otro lugar y que se conecta a una vena de las grandes, que puede tolerar mejor el medicamento y que se limpia más rápido que las venas de tus brazos. Teniendo un reservorio evitas pinchazos, proteges las venas de tus extremidades y evitas el riesgo de extravasación. Lo mejor es ponérselo cuanto antes. Muchas personas no se lo ponen porque implica una pequeña cirugía. Mi cirugía tardó 20 minutos y no volví a experimentar ninguna molestia en las venas. Además, la cicatriz que deja es muy pequeña.