5. Hechos

29 de abril de 2020
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Esta mañana, mi tía me ha mandado las fotos de mis informes médicos por WhatsApp. Yo se las he pedido. Estoy un poco enfadada porque siento que no sé nada sobre lo que me está pasando. La gente me pide evitar leer en Internet, pero nadie me explica con detenimiento lo que estoy viviendo. Ni siquiera sé cuánto miden mis tumores y eso me molesta, me hace sentir que no tengo el control sobre las cosas.

Yo no soy el tipo de persona que simplemente escucha lo que le dicen y se queda conforme. Yo me cuestiono las cosas, quiero entenderlas. Dylan me ha dicho que pregunte a los doctores las dudas que tenga, pero se le escapa que es difícil plantear dudas cuando uno no sabe nada. Por ejemplo, si alguien te dice, venga, pregúntame qué dudas tienes sobre astrofísica, ¿serías capaz de articular alguna pregunta más allá de qué es la astrofísica? Quizás primero necesitas saber de qué va el tema para poder tener dudas. Sé que es un sesgo humano, tendemos a pensar que todo el mundo entiende las bases de lo que nosotros sabemos o hacemos. Me pasa mucho con los clientes cuando les pido que me expliquen sus procesos de negocio. Obvian todos los fundamentos en la explicación. Yo he aprendido que si no entiendes los fundamentos, no puedes entender nada bien, así que siempre me disculpo por mi ignorancia y les pregunto las bases ¿por qué?, ¿para qué?, ¿quién?

He escuchado muchas veces la palabra cáncer. Un amigo de un amigo, alguien de la televisión, un familiar no muy cercano. Sabía que se trata de células que se vuelven locas y crecen sin parar, pero ya está, eso es todo lo que sé del cáncer y ahora me toca pelear algo que no conozco. Lo siento, pero lo único que puedo hacer es reducir mi nivel de incertidumbre y tratar de entender lo que me está pasando. No es que no me fie de los médicos, no es que quiera una segunda opinión. Es simplemente, que necesito entender qué me está pasando. Si esto me va a quitar la vida, al menos tengo que saber qué es. Vale, a lo mejor no vaya a hacer la diferencia, pero a mí me da la sensación de que tengo algo de control aún sobre mi vida.

Después del trabajo me dedico a descifrar mis informes. La American Cancer Society tiene muy buen material para ayudar a entender los diagnósticos. Al menos eso estoy haciendo, tratando de leer únicamente fuentes fiables. Mientras leo, me voy sintiendo mareada. Leo las palabras, pero no las entiendo. Me ayudo con una libreta. Tengo que escribir lo que entiendo para asegurarme de que lo estoy procesando.

Tengo un cáncer ductal invasivo.

Antes de que sigáis leyendo, entended que lo que escribo aquí es mi traducción de los términos médicos, pero yo no soy uno. De nuevo, hago la advertencia, lo que vais a leer a continuación, no tiene ningún rigor médico, es sólo lo que yo he entendido sobre lo que me pasa.

El carcinoma ductal surge en los conductos que transportan la leche en las mamas. Si lo pillan prontísimo, sólo estará allí en aquellos conductos. Si no, puede que ya se haya convertido en invasivo. Invasivo significa que ha llegado a otras partes, es decir, ya ha hecho una metástasis. Ese es mi caso. Está también en los ganglios linfáticos. En mis informes, se refieren a estas últimas como adenopatías axilares, que significa que los ganglios no se ven normales.

La masa que me sentí en el pecho mide 2,4 centímetros y tiene dos satélites de 3 y 4 milímetros. En la pantalla del ecógrafo, se ven como una cadenita de pelotas. La primera es grande y encadenadas a ella, hay otras dos chicas.

Además tengo otro pequeño tumor, que mide la mitad de un centímetro. Todo este jaleo por una cosa tan pequeñita, ¿verdad?

He leído por ahí que un ganglio normal mide menos de 12 milímetros. Los míos miden 1,2 y 1,8 centímetros. En el escáner han visto también una tercera adenopatía sospechosa.

De momento, parece que aunque se ha extendido un poquito, no se ha ido más allá de mis axilas.

La biopsia habla de un grado histológico III. Sólo hay tres grados y este es el peor. Eso significa que mi carcinoma está pobremente diferenciado. Cuando los carcinomas están bien diferenciados, las células aún lucen muy similares a las normales y crecen lento.

De acuerdo con la American Cancer Society, en los carcinomas pobremente diferenciados las células “carecen de características normales, tienden a crecer y a propagarse más rápido, y tienen un pronóstico peor.”

La biopsia dice también que mis tumores tienen categoría B5. Eso es una clasificación diagnóstica que indica que las células son claramente malignas.

La última mala noticia la trae el Ki-67, que es un marcador de proliferación celular. Es decir, sirve para indicar a qué velocidad se propaga el cáncer. De acuerdo con un estudio del hospital La Paz de Madrid, el Ki-67 “se ha relacionado con peor pronóstico y buena respuesta al tratamiento con quimioterapia”. Los valores altos, superiores al 20%, según la American Cancer Society, significan básicamente que las células se dividen más rápidamente y el cáncer se propaga más rápido. Mi tumores tienen Ki-67 del 21% y del 25%. Eso sí, las fuentes consultadas, no se ponen de acuerdo sobre si los niveles elevados de este marcador empiezan en el 20 o en el 30%.

Hasta allí las malas noticias. Ahora vienen las buenas. Mis tumores son HER positivos. Esto significa que tienen niveles aumentados de la proteína HER2/neu que es promotora del crecimiento. Aunque los cánceres HER2+ tienden a crecer y a propagarse más rápido, existen tratamientos específicos dirigidos a esa proteína. Además, mi cáncer tiene receptores hormonales, tanto para estrógenos como para progesterona, lo cual lo hace susceptible de ser tratado con terapia hormonal. Estos cánceres también tienen buen pronóstico. ¿Recuerdan cuando comenté que mi cáncer era triple positivo? Bueno, pues a esto se referían los doctores.Mi conclusión es que tengo un cáncer malo, pero bastante positivo, lo cual es bueno. Tendremos que agarrarnos a ello.

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