27. Milagro

13 de Octubre 2020

Ni en el mejor de mis sueños me lo habría esperado. Hoy a las 11 de la mañana, he recibido un Whatsapp portador de una de las noticias más hermosas que me han dado en la vida.

“Muy buena respuesta al tratamiento, prácticamente la lesión ha desaparecido, solo se ve el marcador de neoadyuvancia”. 

Esto es lo que ha dicho la radióloga después de interpretar la resonancia magnética que me han hecho el pasado 8 de octubreNo he parado de llorar desde que recibí ese mensaje. Todos mis seres queridos reciben las noticias con lágrimas de felicidad. Es un milagro. 

Mi mente se debate entre el gozo y el miedo, miedo a que todo sea una equivocación, un engaño. Pero apaciguo mi mente y me arrodillo a dar gracias por este resultado insólito que no me esperaba pero que es mágico y hermoso. La quimio, ese veneno que tantas veces repudié, ha aniquilado a la enfermedad. Dylan se lleva las dudas guardadas en algún rescoldo de mi mente, diciéndome que lo que aún palpo en mi mama es solo inflamación de los tejidos. 

Mi Samirah no está en casa cuando recibo la noticia, pero cuando llega nos fundimos en un abrazo húmedo, con sus lágrimas y las mías que no se pueden ya distinguir. Antes de venir a casa se ha dejado 40 euros en el Carrefour por una botella de cava, porque este milagro hay que celebrarlo. Hoy es uno de los días más felices de nuestras vidas, sólo porque nos damos cuenta de que nos han devuelto algo que siempre tuvimos pero que el pasado 12 de abril se puso en juego: la vida y la salud. 

¡Poop!  suena el corcho que se me escapa de entre los dedos y se estrella contra la pared. Casi pierdo un ojo descorchando la botella, ¡pero qué importa! ¡NO TENGO CÁNCER ANYMORE! Mis cuñadas y cuñado me acompañan desde la pantalla del ordenador, bebiendo Prosecco o Champagne conmigo porque hoy lo amerita la ocasión. ¡Alabado sea el Señor!

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