17. Bajón

3 de Junio de 2020

Hace una semana que me pusieron mi segundo ciclo de quimioterapia y aún no me siento bien. Estoy asustada. No sé si mi cuerpo va a resistir esto por seis meses. Me siento débil y enferma, presa de un ligero temblor en las manos, imperceptible para otros.

A partir de mi primer ciclo, me formé la idea en la cabeza de que pasaría unos cuatro días malos después de la quimio y después mi cuerpo volvería más o menos a la normalidad. Pero esta vez va una semana y no me siento para nada normal. Todo lo contrario. Esta mañana tengo la misma sensación que aquellas veces cuando estando dormida sueñas y eres consciente dentro del propio sueño que estás soñando. Solo que ahora es al contrario, estoy despierta y siento que estoy dentro de un sueño.

Pequeñas cosas me desmoralizan. Manchas azules van conquistando las raíces de las uñas de mis manos. Me están envenenando. No sólo al cáncer, sino también a mi. Soy consciente casi que en todo momento de mi mandíbula y mi maxilar. No llega a ser dolor, pero es una sensibilidad que no me abandona. Me siento las encías y los dientes, sobretodo los que están más atrás. No sé si me estoy explicando bien, es una sensación extraña. Creo que en condiciones normales no somos tan conscientes de nuestra boca a menos de que tengamos una muela o un diente que nos está molestando. Dolores aleatorios aparecen en mi cuerpo, un punto en un brazo, el ombligo. La base del cuello y la espalda también parecen haber recibido una paliza invisible. Mi estómago está en un estado constante de malestar. ¡Dios, tengo miedo de no ser capaz de aguantar esto!

Quizás me estoy fijando demasiado en los detalles, en cosas pequeñas. No siento un dolor excesivo que no pueda tolerar, es sólo esta debilidad y la sensación de que no puedo fiarme de este cuerpo en el que todo me resulta ajeno a mí. No puedo explicarme mejor, lo siento. Siento que estoy dentro de un cuerpo que no es el mío, porque no lo siento familiar. Tengo la sospecha de que en cualquier momento me va a fallar.

He estado trabajando esta mañana lo mejor que he podido. Son las 14 horas, me dirijo a la cocina en este estado mental. Samirah está al teléfono con su hermana. Una ráfaga de rabia me golpea. Es hora de comer y no hay comida. ¡Qué mierda, qué coño está haciendo Samirah! Me pongo a cocinar. Pasta. Mi mujer viene, se disculpa por haberse entretenido con su hermana, yo no le respondo nada, pero mi cara lo dice todo.

Ella trata de hacerme hablar, pero yo no puedo, no quiero. No sé qué decir.

­–Si sigues así, yo tampoco sé si voy a poder aguantar seis meses. –Me suelta–.

–Y ¿qué quieres? ¿Me quieres dejar? –La miro suplicante–.

–Pero háblame, cuéntame lo que te pasa. Ayúdame a entender–. Se viene abajo y llora.

­–No me hagas hablar, no puedo hablar. No quiero hablar.

Y de repente no puedo parar de llorar. Trato de explicarle mientras lloro que estoy asustada, que me siento una inquilina en mi propio cuerpo, del que no me fío un pelo. Ella me consuela haciéndome pensar en que no es tan malo como podría ser. No tengo vomito y la náusea es soportable. Tengo que confiar en los doctores, que saben lo que están haciendo, entre un conjunto de argumentos orientados a subirme la moral.

Samirah me recuerda también que la mente es fundamental en esta guerra que peleamos. Que tengo que tener una actitud positiva para sobrellevar esto. Todo el mundo lo dice.  Y entonces yo, termino por reconocer que no me fío tampoco de mi mente, ni de mi fortaleza emocional. A lo mejor no soy tan fuerte como todo el mundo piensa que soy. Ni mi cuerpo ni mi mente están a la altura de esta batalla.

Mi mujer me consuela diciéndome que ni ella ni nadie pueden saber lo que estoy viviendo y me dice que ella piensa que me estoy resistiendo al hecho de que estoy enferma y enferma significa no sentirse bien. Cree que tengo expectativas irreales sobre el tratamiento y me dice que tengo que aceptar esto que estoy viviendo. Vale, muy bien ¿y cómo se hace eso? No tengo ni idea. ¿qué hago para aceptar?¿qué significa en términos prácticos aceptar? ¿qué acción tomo para aceptar?. Por primera vez en estos meses, siento que no sé cómo seguir. Que necesito ayuda.  

Después de la comida, cuando recupero un poco la calma, me apunto en una actividad grupal de la Asociación Española Contra el Cáncer. Tal vez ellos me puedan ayudar.

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